No es inusual que la persona que acude a la consulta de un psicoterapeuta tenga una idea poco clara sobre en qué va a consistir la ayuda profesional que está solicitando. En la actualidad existe una gran diversidad de enfoques psicoterapéuticos, siendo raro que la elección del terapeuta se haga en función de la orientación de éste. Yo soy de la opinión, acorde con el resultado de múltiples estudios, de que no existe un enfoque psicoterapéutico que se haya mostrado superior a los demás; y también opino que cada persona, por sus propias características, encaja mejor con uno u otro de estos enfoques. Es decir, igual que se habla de psicoterapeutas psicoanalíticos, cognitivo-conductuales, humanistas, sistémicos, etc., puede hablarse de pacientes psicoanalíticos, cognitivo-conductuales, humanistas, sistémicos, etc. Conclusión: no hay un tipo de psicoterapia adecuado para todas las personas, sino, más bien, es necesario precisar cuál es el tipo de terapia más adecuado para cada persona en particular. Una posibilidad es que aquel que se plantee hacer una psicoterapia se informe de cuáles son las diferentes escuelas de psicoterapia y cuáles son sus propuestas; pero, como digo, lo más común es que la elección del terapeuta se haga en función de otros criterios, fundamentalmete por recomendación de otro profesional de la salud o de alguien al que le fue bien la experiencia con un determinado terapeuta. Es por ello que considero lo más adecuado en mi práctica profesional desarrollar un modelo terapéutico integrador, basado en las necesidades y características de cada paciente. No obstante, sí quiero destacar una serie de principios básicos que rigen mi actividad profesional:
- A mi modo de ver, la psicoterapia no es un tratamiento que recibe pasivamente un sujeto, sino un proceso en el que se crea una relación de trabajo orientada a conseguir unas determinadas metas.
- Es importante establecer un cierto grado de acuerdo, en el seno de esta relación, sobre cuáles son las metas de la terapia y cómo van a conseguirse.
- Cuestiono el concepto de enfermedad mental, prefiriendo hablar en términos de funcionamiento. En este sentido, el objetivo no es la curación, sino el cambio.
- La elección sobre los cambios deseables es, en última instancia, asunto de cada uno, es decir, libre.
- Considero de escasa utilidad las etiquetas diagnósticas, que tratan de decir, siguiendo un principio económico, mucho en poco, cuando, precisamente, lo deseable es que en psicoterapia se disponga del tiempo necesario para describir con amplitud y profundidad aquello que se esté explorando. Además, la etiqueta implica el riesgo de hacer cargar a la persona diagnosticada con aspectos que no le pertenecen a ella, aunque sí a la categoría diagnóstica.
- ¿En cuanto al tiempo?: el que necesite el cliente.
Por lo que respecta a las metas de una psicoterapia estas pueden ser múltiples y variadas, dependiendo, por supuesto, de las vicisitudes de cada caso concreto. Aun así, enumeraré una serie de metas generales implícitas en una gran mayoría de las psicoterapias:
-Superar la desmoralización y ganar esperanza.
- Fomentar la autoeficacia.
- Superar la evitación.
- Ser consciente de las ideas erróneas de uno mismo.
- Aceptar las realidades de la vida.
- Desarrollar la capacidad de disfrute.
- Liberar energías para su libre disposición.
- Aliviar síntomas neuróticos (depresivos, ansiosos, obsesivos, psicosomáticos...).
Hablando en términos generales podría decirse que la psicoterapia busca un incremento del dominio tanto del mundo interno como del entorno circundante. Es decir, el crecimiento y el fortalecimiento personal.
Bienvenido a mi blog. Si deseas pedir cita puedes hacerlo en el teléfono 679 09 88 07 (si no puedo cogerte el teléfono, déjame un mesaje con tu nombre y teléfono y yo te llamaré en cuanto pueda). También estaré encantado de responder cuestiones de carácter general en etorresmacho@gmail.com
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Sobre la depresión
La depresión es un estado emocional que forma parte del repertorio afectivo de todos los seres humanos (y de algunos animales). Es decir, todos, bajo unas determinadas condiciones, específicas para cada individuo, nos deprimimos. Aquí, al hablar de condiciones, me refiero a una combinación de factores externos e internos: a sucesos (pasados, presentes o futuros) de la realidad externa que son asimilados desde perspectivas internas.
¿Cuáles son las condiciones que generan un estado de depresión? Indudablemente, son innumerables las situaciones externas y varios los caminos internos que conducen a estar deprimido, pero todos ellos convergen en un punto: llevan a la persona a sentirse impotente y desesperanzada para la realización de un deseo de la máxima importancia. En coherencia con lo que vengo diciendo, la psicoterapia de la depresión que creo más eficaz debe integrar, de alguna manera, la identificación de las condiciones concretas que conducen a la persona a estar deprimida. La comprensión de estas condiciones incluirá respuestas a las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de deseo vive la persona como irrealizable? ¿Por qué cree y siente que es irrealizable? ¿Por qué es de la máxima importancia?
Posteriormente, sobre la base de esta comprensión, será más factible modificar algún aspecto de las condiciones en las que se sostiene la depresión. Pongo un ejemplo para ilustrar la importancia de concretar las condiciones específicas de cada caso individual para llevar a cabo una acción terapéutica eficaz: Si alguien está deprimido porque está envejeciendo y con ello ve irrealizable el deseo (prioritario para esta persona) de tener una determinada imagen corporal, la propia de la juventud, saldrá de la depresión si sustituye ese deseo por uno que no sea imposible. En cambio, si una persona está deprimida porque cree que nunca tendrá pareja, la terapéutica no consistirá aquí, con toda probabilidad, en la sustitución del deseo, sino en poner los medios para su cumplimiento, empezando por ayudar a la persona a modificar la creencia en la irrealizabilidad del deseo, en este caso que nunca tendrá pareja.
¿Cuáles son las condiciones que generan un estado de depresión? Indudablemente, son innumerables las situaciones externas y varios los caminos internos que conducen a estar deprimido, pero todos ellos convergen en un punto: llevan a la persona a sentirse impotente y desesperanzada para la realización de un deseo de la máxima importancia. En coherencia con lo que vengo diciendo, la psicoterapia de la depresión que creo más eficaz debe integrar, de alguna manera, la identificación de las condiciones concretas que conducen a la persona a estar deprimida. La comprensión de estas condiciones incluirá respuestas a las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de deseo vive la persona como irrealizable? ¿Por qué cree y siente que es irrealizable? ¿Por qué es de la máxima importancia?
Posteriormente, sobre la base de esta comprensión, será más factible modificar algún aspecto de las condiciones en las que se sostiene la depresión. Pongo un ejemplo para ilustrar la importancia de concretar las condiciones específicas de cada caso individual para llevar a cabo una acción terapéutica eficaz: Si alguien está deprimido porque está envejeciendo y con ello ve irrealizable el deseo (prioritario para esta persona) de tener una determinada imagen corporal, la propia de la juventud, saldrá de la depresión si sustituye ese deseo por uno que no sea imposible. En cambio, si una persona está deprimida porque cree que nunca tendrá pareja, la terapéutica no consistirá aquí, con toda probabilidad, en la sustitución del deseo, sino en poner los medios para su cumplimiento, empezando por ayudar a la persona a modificar la creencia en la irrealizabilidad del deseo, en este caso que nunca tendrá pareja.
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